Esta iniciativa, que se ha financiado con un proyecto de transformación del entorno, no sólo servirá para el consumo humano, sino también para el ganado y para empezar a cultivar huertos, lo que hará que mejore la economía local y la sostenibilidad de la sociedad.
La misión de Suara Cooperativa es la transformación social del entorno para mejorar la vida de y la realidad de las personas. Por eso, la responsabilidad social es uno de los valores esenciales que guía nuestra acción, ya que, a través de ella, promovemos iniciativas que ponen a la persona y al medio ambiente en el centro de nuestra actividad. Además, por responsabilidad social, también somos una cooperativa sin ánimo de lucro y, por tanto, reinvertimos nuestros beneficios en iniciativas que ayuden a desarrollar los territorios y que nacen desde los territorios.
Éste es el caso de los proyectos de transformación del entorno, a través de los cuales financiamos iniciativas alineadas con un Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) y que las propias personas trabajadoras y socias presentan para mejorar un servicio, un territorio donde estamos presentes u otros de ámbito internacional y que han trabajado. Además, también somos las personas socias de Suara quienes escogemos por votación aquellos proyectos que desarrollará la cooperativa.
Así es como brota el proyecto “El agua es vida, prosperidad y sostenibilidad” para financiar la construcción de un pozo comunitario en Keur Macoumba en la región de Thies de Senegal. Hasta ahora, en esta zona no había ningún recurso acuífero y, por tanto, la población local debía desplazarse a pie, con burro o carro decenas de kilómetros para poder conseguir agua.
En la región del Thies, los poblados están equidistantes y separados unos de otros, por lo que este pozo no sólo beneficiará a la población de Keur Macoumba, sino que también abastecerá a los hogares que están a un radio de unos 10 kilómetros, aproximadamente. Esto favorecerá que alrededor de unas 1.800 personas puedan tener acceso a un recurso tan básico y esencial como el agua.

En la región del Thies, los poblados están equidistantes y separados unos de otros, por lo que este pozo no sólo beneficiará a la población de Keur Macoumba, sino que también abastecerá a los hogares que están a un radio de unos 10 kilómetros, aproximadamente. Esto favorecerá que alrededor de unas 1.800 personas puedan tener acceso a un recurso tan básico y esencial como el agua.
La impulsora de esta iniciativa por parte de Suara Cooperativa es Pepi Ruiz, líder del proyecto societario, que en verano de 2024 viajó a Senegal, donde conoció a Baba, quien entonces fue su guía turístico y ahora ha sido su colaborador. "Elegi la comunidad de Keur Macoumba porque es la más grande de la zona. Tiene más de 600 habitantes. Hay otros poblados en la región, pero eran más pequeños", argumenta Baba.
La construcción del poz
Uno de los principales objetivos era tener esta infraestructura para la temporada de lluvias, que coincide con nuestro verano. Por eso, se empezó su construcción el 19 de mayo para que en junio fuera una realidad, aunque la inauguración oficial no fue hasta septiembre, cuando Pepi Ruiz pudo viajar hasta allí. "Fue una fiesta", resalta emocionada.
Una celebración que se inició meses atrás, en marzo cuando Baba habló con los tres jefes de la comunidad: el de los hombres, la de las mujeres y el de los chicos para ver si les dejaban crear allí el pozo. "Aquel día acabamos todos bailando", recuerda el senegalés.
La construcción de esta infraestructura, que se ha materializado con un generador y un martillo eléctrico, ha sido una gran efeméride para la comunidad que se ha volcado al completo. "Los poblados en Senegal son como una gran familia y cuando salía piedra, todo el mundo ayudaba a sacarla", relata Baba.
El pozo es prosperidad
Por el momento, como prueba hasta dónde puede abastecer el pozo, cada familia puede sacar hasta 200 litros al día para sus cosas cotidianas como beber, cocinar, sanearse o por el ganado. Más adelante, ya verán si incrementan o no esta cantidad acorde a lo que les ofrece el pozo.
Pero lo más importante es que esta infraestructura no sólo les da agua potable a las personas, sino que también es un recurso que les abre nuevas posibilidades y una vía hacia una vida más próspera. "Hasta ahora no podían tener ningún huerto", asegura Baba. Esto ha cambiado y ya han creado un huerto comunitario donde, principalmente, cultivan col, cebolla y zanahoria, de momento, que son sus vegetales básicos.
Además, si les sobra producción, las mujeres pueden ir al mercado local para intercambiar estos productos por otros como huevos, carne, aceite, arroz o madera. “Las verduras son monedas de cambio aquí en Senegal”, expone Baba.
Por tanto, de este pozo, que ha tenido un coste de alrededor de los 5.000 euros entre el material requerido y la contratación de operarios, no sólo se les ofrece agua, sino que también es un generador de prosperidad y riqueza. Una buena muestra de ello es que con esta infraestructura consolidada, las madres tienen otra petición: ahora que el agua llega hasta el poblado, ya no existe la necesidad de que los niños y niñas caminen decenas de kilómetros para ir a la escuela y pueden crear una en la comunidad para que estudien en casa.