El proyecto RESILIENTS demuestra que la realidad inmersiva mejora la autonomía y las relaciones interpersonales de las personas jóvenes

La prueba piloto del proyecto RESILIENTS, que ha contado con la participación de 6 jóvenes tutelados y extutelados con condiciones de salud mental durante 10 meses, ha demostrado que la realidad inmersiva (RI) puede mejorar significativamente la autonomía y las relaciones interpersonales. El programa se basa en itinerarios personalizados dentro de un espacio seguro e inmersivo, con el objetivo de identificar emociones, abordar el trauma y desarrollar competencias esenciales para la transición hacia la vida adulta.

Los resultados han sido muy positivos: el 67% de los participantes ha reducido los conflictos interpersonales y afirma haber mejorado sus relaciones sociales. Además, el 83% ha asumido la gestión autónoma de la medicación, mientras que un 66% ha gestionado de manera independiente las citas médicas.

Uno de los aspectos más destacados del programa es el refuerzo del vínculo terapéutico. Un 83% de los participantes identifica a su terapeuta como una “figura de seguridad”, un elemento clave para el éxito del proceso terapéutico.

Durante diez meses, los jóvenes han tenido la oportunidad de explorar emociones, afrontar miedos y reforzar su bienestar personal en un entorno diseñado por Suara Cooperativa, en colaboración con el Hospital Sant Joan de Déu y con el apoyo de la 2ª Convocatoria HiSS. Esta experiencia ha facilitado el desarrollo de competencias como la gestión emocional, la confianza y la autonomía personal.

Según el equipo investigador, el proyecto ha tenido un impacto significativo en el ámbito relacional y social, mejorando la capacidad de los jóvenes para establecer vínculos de confianza y trabajar habilidades sociales, aspectos fundamentales en procesos terapéuticos orientados a reparar el trauma. En este sentido, el 50% de los participantes han reducido más de un 20% las incidencias y un tercio (33,3%) han disminuido las urgencias psiquiátricas.

Pau Ibañez, psicólogo referente de la iniciativa, afirma que «la realidad inmersiva tiene potencial como catalizador del proceso terapéutico de los y las jóvenes en situación de vulnerabilidad, especialmente en el abordaje enfocado al trauma». Además, destaca que «los resultados obtenidos abren nuevas vías de investigación y aplicación que pueden revolucionar la atención psicosocial».

Los participantes han valorado muy positivamente el bienestar que les ha proporcionado la iniciativa. Rikelme comenta: “Las sesiones son súper relajantes y el espacio es muy cómodo”, mientras que Marc destaca que ha sido una experiencia “muy chula y relajante, que me ha servido para pararme a pensar y reflexionar”.

Continuidad del proyecto

Esta prueba piloto ha evidenciado el potencial del modelo de intervención y las oportunidades de mejora para alcanzar la validación científica. En este sentido, Suara Cooperativa trabajará para garantizar la sostenibilidad de los programas de realidad inmersiva, así como para expandir el proyecto y adaptar las intervenciones a las necesidades particulares de los jóvenes.

Jèssica Andreu, coordinadora del programa, ha señalado: “Estamos impulsando la creación de contenido audiovisual propio adaptado a sus intereses. Ya hemos cocreado 7 proyecciones con su participación.”

Finalmente, Ibañez subraya que “entre las principales recomendaciones también estaría la necesidad de ampliar la duración de la intervención para consolidar el impacto emocional, así como reforzar la presencia de profesionales clínicos en algunas sesiones para enriquecer la interpretación terapéutica”.

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