Las personas que viven un proceso de envejecimiento en la calle tienen unas dificultades añadidas, puesto que no están en edad laboral y, a menudo, tampoco tienen una prestación ni red relacional, concluye un informe de la XASPLL en el que Suara participa en el Consejo Editorial.
La “Diagnóstico 2024. La situación del sinhogarismo en Barcelona. Evolución y relación entre sinhogarismo y envejecimiento”, este año hace hincapié en la gente mayor que vive una situación de sinhogarismo y cómo esta realidad desencadena un envejecimiento prematuro. Este informe de las entidades y el Ayuntamiento de Barcelona que forman parte de la Red de Atención de Personas sin Hogar (XASPLL), ha sido elaborado por el Insitut Metropoli cuenta con la participación de Suara Cooperativa, que es quien ha coordinado el Consejo Editorial.
“El envejecimiento afecta de forma diferente según la situación, especialmente, si no tienes ni red ni una vivienda o alojamiento estable”, expone Maite Mauricio, experta en sinhogarismo de Suara Cooperativa y coordinadora de la Comisión de la XASPLL de Diagnóstico y Recuento y del Consejo Editorial del Informe, que se ha encargado de realizar este estudio.
El estudio, que se ha presentado hoy se basa en los datos extraídos del último recuento elaborado el pasado mayo, pone de manifiesto que actualmente hay 1.244 personas durmiendo en las calles de Barcelona y 2.860 alojadas en recursos residenciales de la XASPLL, de las cuales, el 8,6% tienen 65 años o más.
En el informe se alerta de que diferentes estudios ponen de manifiesto que la población mayor de 50 años en situación de sinhogarismo podría triplicarse en 2030 a raíz de factores estructurales como la inseguridad económica, la erosión de las redes de apoyo social o el deterioro prematuro de las personas en situación de exclusión social grave o callejera.
Por otra parte, acuerdo a diferentes personas profesionales del sector del sinhogarismo ponen de manifiesto que a situación vivida en 2020 y 2021 a raíz de la pandemia de la Covid-19 ha comportado un aumento de la precariedad habitacional y un empeoramiento y deterioro de la salud de las personas atendidas, especialmente, en relación a la salud mental y el sufrimiento emocional.
Vivir en la calle, además, tiene el añadido de que provoca situaciones de envejecimiento prematuro, tal y como expresa una trabajadora de un recurso de sinhogarismo que se recoge en el informe. “Antes es verdad que personas solas mayores en estas situaciones no había tantas, antes siempre estaban en familia. Es desde hace unos años, quizás diez años, que lo detectamos. Y nos encontramos con personas con cerca de 60 años que no pueden entrar en una residencia porque no cumplen la edad, pero son ya personas con inicios de demencia”, defiende este testimonio.
Dificultades de las personas mayores que viven en situación de sinhogarismo
Si vivir en situación de sinhogarismo es ya de extrema vulnerabilidad para cualquier persona, esto se acentúa en las personas que tienen 65 años o más. En muchas ocasiones estas personas se encuentran con que no están en edad laboral y que no tienen ningún tipo de prestación económica o la que tienen es insuficiente para pagar un piso o gastos básicos del día a día como la alimentación. Esta situación viene dada porque a lo largo de su vida han trabajado en la economía informal o se trata de personas de orígenes diversos que no han podido trabajar y/o regularizar su situación en España.
Así lo explican algunos de los testigos que se recogen en el informe:
“Resulta que no puedo jubilarme, porque no había cotizado en los últimos años, cuando tengo más años de los necesarios para estar jubilado. Ha sido todo un follón”.
“Mi problema es que no tengo ingresos. Con la pesca ya pagaba la habitación y me quedaba un poco por vivir. Pero en el 2006 mi enfermedad era ya más grave y no podía trabajar. Pero después no podía renovar el empadronamiento y he estado desde 2007 hasta 2016 sin tarjeta sanitaria, y no podía ir al médico. No podía conseguir nada”.
“Me dio mucha rabia cuando llegué, que tenía 69 años y no me dejaron trabajar.
Venía de Cuba, pero soy profesional y aquí las leyes son diferentes, debes aceptar que cuando tienes una edad ya no puedes trabajar y sólo puedes cobrar una pensión. Y la pensión es para lostrabajadores de aquí de España, porque depende de los impuestos”.
El segundo gran handicap es que muchas de estas personas no tienen un hogar de propiedad y, por eso, la falta de recursos económicos les impide poder tener acceso a una vivienda, lo que les aboca a vivir a la calle en situaciones muy precarias agravadas por problemas de salud mental u otras enfermedades propias de la edad como puede ser la demencia senil.
“Hay un tema de situaciones declive por tu salud como puede ser un ictus o un deterioro cognitivo. Los envían a una residencia donde les dicen que no tienen experiencia en atender a esta gente”, ha resaltado Mauricio en una rueda de prensa, en la que también han intervenido Carme Fortea, directora de Servicios de Atención al Sinhogarismo (IMSS), Carmen Guasch, de la Asociación Dit i Fet, Albert Sales y Laura Porzio del Insitut Metropoli, y Sònia Fuertes, Comisionada de Acción Social del Ayuntamiento de Barcelona.
Sin embargo, éste no es el único inconveniente. Recientemente, Suara Cooperativa, a través del portal de la dependencia de Aliura, presentó un informe en el que destacaba que la mayoría de personas que cuidan a un familiar son mujeres. Ahora bien, en el caso de las personas mayores en situación de sinhogarismo la realidad es más preocupante desgraciadamente viven en la calle o en recursos residenciales que no son de atención a personas mayores y no tienen una red de personas que se cuide de ellas. También cabe destacar que esta carencia de red, también afecta directamente al bienestar emocional de la persona.
“Aquí no se da el hecho de que hay una mujer cuidadora, no hay nadie que los cuides. Lo que sostiene el envejecimiento en nuestro país son las redes familiares y aquí no las hay”, argumenta Mauricio.
Ante esta situación, la recomendación de la XASPLL es que se habiliten recursos de vivienda definitiva, no temporal, para aquellas personas que viven un proceso de envejecimiento en situación de sinhogarismo donde no sólo puedan vivir, sino también ser atendidas en caso de que tengan algún problema de salud mental o físico.
Evolución de la situación del sinhogarismo en Barcelona
En 2020 se estima que había un total de 921 personas que dormían en las calles de Barcelona, un dato que este año ha subido hasta las 1.245 personas, lo que supone un incremento del 39% en cinco años. En cuanto a las personas atendidas en recursos de la XASPLL, se ha incrementado un 2% al pasar de las 2.808 personas en 2020 a las 2.860 actuales. En la última década, el número de personas en situación de sinhogarismo que viven en la calle se ha incrementado un 74,13% (en 2014 eran 715); mientras que las personas atendidas en recursos de la XASPLL han aumentado en 83,22% (en 2014 eran 1.561).
Al detalle, actualmente, las personas que pernoctan en algunos de los recursos que ofrece XASPLL, el 35,5% lo hace en centros residenciales, el 41,6% en pisos y el 23% en pensiones o habitaciones.
Por lo que se refiere a los datos sociodemográficos, el 54% de las personas alojadas en un recurso de la XASPLL son hombres, un 29% mujeres, un 0,3% de género no binario y un 16,7% hombres menores de edad. A diferencia de mayo de 2022 cuando se registraron 10,4% de mujeres menores de edad, este año no se ha registrado ninguna. Por edades, el 22% tienen entre 18 y 30 años; 31,3% entre 31 y 50 años; 23,9% de 51 a 64 años y 8,6% más de 65 años.
Por su parte, en relación con las nacionalidades de la población atendida, la proporción de personas españolas se sitúa en un mínimo histórico del 28,5%. Las personas de nacionalidad comunitaria son el 9,9% y las de nacionalidades no comunitarias, el 58,4%. La proporción de personas en situación de irregularidad administrativa constituye un 30,5%, de las cuales un 3,1% son solicitantes de protección internacional.
Por último, la proporción de personas sin ingresos se sitúa en el 46%, mientras que el 13,3% realizan alguna actividad remunerada; el 10,3% recibe la renta garantizada de ciudadanía; el 2,5%, el ingreso mínimo vital; un 9,9%, la pensión no contributiva. Por tanto, sólo un 30,6% de las personas sin hogar atendidas por la XAPSLL reciben alguna prestación pública.
"Estos informes nos ayuda a repensar los modelos de atención y acompañamiento de las personas teniendo en cuenta su ciclo vital y circunstancias personales", concluye Mauricio. Por su parte, Carles Prieto, también de Suara Cooperativa, recuerda: "Hay que tener presente que detrás de los datos no sólo hay números hay personas".