¿Cómo puede afectar el cambio climático a las personas trabajadoras y cómo pueden darle respuesta las organizaciones? Lo analiza Estefanny Olmedo, experta de prevención en Salud Laboral de Suara Cooperativa, con motivo de esta semana que se celebró el Día Internacional del Trabajador y el Día Mundial de la Prevención y la Salud Laboral.
El cambio climático es uno de los mayores desafíos globales de nuestro tiempo, y sus efectos se extienden a todos los aspectos de la vida, incluido el ámbito laboral. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 70% de las personas trabajadoras a nivel mundial están expuestas a riesgos de salud relacionados con el clima. El exceso de calor causa anualmente aproximadamente 18.970 muertes relacionadas con el trabajo. A continuación, exploramos cómo el cambio climático está impactando en la seguridad laboral y qué medidas se pueden tomar para mitigar estos riesgos.
Por eso, esta semana por el pasado 28 de abril tuvo lugar el Día Mundial de la Seguridad y la Salud Laboral y mañana celebramos el Día Internacional del Trabajador, queremos hacer hincapié en la importancia de que las empresas velen por los derechos laborales, que se pueden ver vulnerados con el cambio climático como puede ser el de trabajar en condiciones que no afecten a la salud y la vida de las personas trabajadoras.
En este contexto, el aumento de temperaturas extremas y las oleadas de calor son cada vez más frecuentes e intensas, lo que supone un riesgo significativo para las personas trabajadoras, especialmente aquellas que desarrollan tareas al aire libre. La exposición prolongada a altas temperaturas puede provocar golpes de calor, deshidratación y otros graves problemas de salud. Para mitigar el exceso de calor es crucial realizar pausas regulares en áreas con sombra y beber agua. Mantener una temperatura corporal en torno a los 37 °C es esencial para el adecuado funcionamiento del cuerpo humano.
El cambio climático también está aumentando la frecuencia y la intensidad de eventos climáticos extremos como huracanes, inundaciones y tormentas. En Cataluña, las consecuencias más visibles del cambio climático son las alteraciones en el clima y los ecosistemas, que afectan tanto al medio ambiente como a las personas trabajadoras.
Estos eventos no sólo ponen en peligro la vida de las personas trabajadoras, sino que también pueden causar daños significativos a las infraestructuras laborales, interrumpiendo las operaciones y poniendo en riesgo la seguridad. Es importante mantener un buen estado de mantenimiento de las infraestructuras de las instalaciones e implementar planes de emergencia para enfrentar estos desafíos.
El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones climáticos pueden afectar a la calidad del aire, incrementando los niveles de contaminantes y alérgenos. Esto puede tener un impacto negativo en la salud respiratoria de las personas trabajadoras, especialmente aquellas con condiciones preexistentes como el asma. Es esencial monitorizar la calidad del aire y proporcionar equipos de protección personal adecuados cuando sea necesario.
El cambio climático está alterando los hábitats de muchos vectores de enfermedades, como mosquitos y garrapatas, lo que puede llevar a un aumento en la incidencia de enfermedades transmitidas por estos vectores, como el dengue, la malaria y la enfermedad de Lyme. Las personas trabajadoras en áreas afectadas deben estar informadas sobre los riesgos y las medidas preventivas, como el uso de repelentes y ropa protectora.
El cambio climático no sólo afecta a la salud física de las personas trabajadoras, sino también a su bienestar mental. El estrés térmico, combinado con la incertidumbre y la ansiedad sobre los eventos climáticos extremos, puede aumentar el estrés psicosocial. Habrá que promover un entorno laboral que favorezca la salud mental, proporcionando recursos y apoyo a las personas trabajadoras.
En conclusión, el cambio climático presenta desafíos significativos para la prevención de riesgos laborales. Sin embargo, es posible mitigar estos riesgos y proteger la salud y seguridad de las personas trabajadoras; mediante la implementación de políticas adaptativas, la formación e información adecuada sobre los riesgos relacionados con el cambio climático y las medidas preventivas a tomar, la mejora en las infraestructuras, y sobre todo el establecimiento de protocolos de actuación ante las emergencias derivadas de las condiciones climáticas adversas es esencial a la hora de minimizar riesgos para las personas trabajadoras y garantizar la continuidad de las continuadas.