Las familias acogedoras ofrecen un entorno cotidiano insustituible
La experiencia acumulada a lo largo de estos cinco años desde la apertura del Centro Residencial de Acción Educativa Travertí, en el Pla de l'Estany nos ha hecho valorar muy positivamente las colaboraciones puntuales con familias del territorio. Las cuales, de forma espontánea, ofrecen a nuestros niños y jóvenes la oportunidad de disfrutar de actividades de ocio familiar o estancias puntuales, que les permitan vivir de primera mano la experiencia de relacionarse con un contexto familiar estable.
Sin duda, esta colaboración proporciona significancia tanto a la vida de los niños y jóvenes, como para las personas acogedoras, estableciéndose vínculos afectivos incondicionales, que enriquece emocionalmente a todo el núcleo.
En este post nos gustaría compartir la experiencia de una familia que empezó a colaborar con nosotros de forma puntual y acabó siendo familia de acogida permanente de un niño en situación de vulnerabilidad.
«Nuestro hijo, nuestra hija y Fik iban a la misma escuela. Aunque hay mucha diferencia de edad entre ellos, el hecho de que tienen aficiones en común nos hizo aproximar. Los primeros encuentros fueron permisos como familia amiga, es decir, sin trámites administrativos, sólo de mutuo acuerdo entre el chico, el centro y nosotros.
"El inicio fue fruto de la casualidad, y algo de inquietud y sensibilidad hacia esta tarea educativa que es tan necesaria».
Empezamos invitándole a venir algún día a comer y pasar la tarde juntos, a realizar excursiones o actividades, a ver partidos de fútbol en el pueblo, etc. Hasta que con la confianza y sabiendo que todos juntos estábamos bien, llegaron las pernoctas: permisos de fin de semana, algún puente, y días de vacaciones de verano en el camping. La mayor parte de las veces, tan sólo pasar el fin de semana juntos, sin hacer nada excepcional, era ya una fiesta para nosotros y sobre todo para nuestros hijos.
Fue entonces cuando dimos el paso hacia regularizar la situación, e hicimos la solicitud para pasar a ser familia colaboradora.
Para nosotros ha sido fácil porque hemos encontrado a un joven muy dispuesto, colaborador, familiar, honesto, abierto hacia nuestro entorno familiar y también a nuestro círculo de amigos. Un chico que ha podido formar parte de nuestra dinámica en todas las ocasiones y sin ningún tipo de pretensión ni complejo. En muchas situaciones ha sido espejo para nuestros hijos, y cuando se ha equivocado, hemos podido hablar todos juntos y también ha sido un aprendizaje para ellos.
En todo momento hemos contado con el seguimiento del equipo de profesionales del CRAE Travertino, y esto también ha sido clave para que esta experiencia haya sido provechosa por todas las partes.
A lo largo de estos cinco años (de 11 a 16 años), hemos tenido claro respetar su voluntad a la vez de los permisos, ya que son edades en las que sus intereses van cambiando. Ahora empezamos a ver el final de esta etapa, y esperamos que dé paso a una relación más autónoma y adulta; que nos comente cómo le está yendo, que de vez en cuando quedamos por dar un toque o compartir una comida. Pero sobre todo, lo que deseamos haber construido estos años es un gran recuerdo para él, y que sepa que estamos a su lado por lo que pueda necesitar, siempre que le apetezca.
Para nosotros ser familia colaboradora nos ha permitido conocer otras realidades, a la vez que nos aportaba dinamismo. Por otra parte, es muy gratificante ser un punto más de apoyo en su proceso de tutela, adquirir nuevos aprendizajes y avanzarnos a situaciones que viviremos con nuestros hijos más pequeños. En definitiva, hemos disfrutado mucho con momentos únicos que han creado un verdadero vínculo. En definitiva, es una experiencia que sin duda ha sumado a nuestra vida en familia y que estamos muy agradecidos de vivir».
Joana Lorenzo y Cantalejo
Directora del CRAE Travertino, Porqueres. Pla de l'Estany. Suara Cooperativa. Diplomada en Educación Social y Pedagoga. 27 años de experiencia acompañando a personas con situación de vulnerabilidad.