El 31 de agosto es Día Mundial de la Solidaridad y, por eso, este mes de agosto que lo dedicamos este mes en cómo colaboramos las cooperativas para fortalecer nuestros proyectos orientados en la transformación social.
El próximo 31 de agosto es el Día Internacional de la Solidaridad. Por eso, este mes de agosto lo dedicamos al valor cooperativo de la solidaridad, en el marco de la campaña que iniciamos en enero para resaltar cada mes un valor cooperativo en el marco que en 2025 la UNESCO lo ha declarado el Año Internacional de las Cooperativas para que contribuyamos a la construcción de un mundo mejor.
Vivimos en un mundo en el que se potencia la individualidad y la competitividad a la vez que en el centro de la productividad se pone al lucro. Por el contrario, las cooperativas impulsamos un modelo basado en la solidaridad y la intercooperación, en el que ponemos la vida en su sentido más amplio en el centro de nuestra acción.
Por eso, creamos una actividad económica que promueva un trabajo digno y de calidad, que vele por el bienestar de las personas, del territorio donde trabajamos y la sostenibilidad del planeta.
Un reto de esta magnitud no podemos hacerlo de manera aislada, sino que somos conscientes de que debemos hacerlo intercooperante entre nosotros, con las personas que atendemos y la comunidad. Por tanto, impulsamos la solidaridad para poder fortalecer nuestros proyectos cooperativos.
En el caso de Suara Cooperativa, tenemos una misión muy clara la transformación social para que las personas que atendemos en los diferentes servicios que tenemos para todas las franjas vitales, especialmente aquellas que se encuentran en una mayor situación de vulnerabilidad puedan mejorar sus realidades a través de servicios arraigados en el territorio y que potencian la acción comunitaria.
Acción democrática
La atención de las personas no puede excluir su entorno más cercano ni el territorio en el que vive. Por tanto, desde Suara Cooperativa impulsamos la acción ciudadana, donde potenciamos la interacción y solidaridad entre las personas de un mismo territorio. De esta manera, se persigue tejer red entre las personas que habitan en un mismo lugar y fomentar la solidaridad entre ellas. Esto nos permite no sólo transformar la realidad de las personas atendidas, sino también de las de su entorno.
Un ejemplo reciente es que los estudiantes del Ciclo Formativo de integración social de la Bastida (Santa Coloma de Gramanet) han creado diferentes dinámicas grupales que tienen como finalidad mejorar el bienestar emocional y psicológico para los jóvenes en situación de sinhogarismo que atendemos en el servicio de Techo 360º.
En el barrio de Torre Baró (Barcelona) donde gestionamos el Centre Obert junto con Cáritas Barcelona, ambas entidades organizamos un proceso participativo abierto para mejorar las instalaciones exteriores de este servicio por infancia y adolescencia en situación de vulnerabilidad.
Además en Suara Cooperativa somos una organización sin ánimo de lucro, que reinvertimos los excedentes en proyectos de transformación social y del entorno como pueden ser tanto de nuestros servicios como de una comunidad en la que trabajamos.
La solidaridad entre las organizaciones y las personas fomentan la cohesión social, ayuda a mejorar la realidad de las personas y, por tanto, fortalecen los territorios.