La campaña electoral está ya en marcha y, según estamos viendo, una de las voluntades es situar los derechos sociales y el derecho a los cuidados como tercer pilar del estado del bienestar.
Desde muchas de las organizaciones del Tercer Sector y la Economía Social (de primer, segundo o tercer nivel) hace tiempo que reclamamos esto, porque entendemos que sería la forma de hacer efectivos derechos fundamentales para la ciudadanía. Por tanto, la música nos suena bien y nos gusta. Sin embargo, para hacer realidad esta afirmación, ¡estamos en un momento en que habrá que abordar transformaciones sociales de gran importancia porque los retos son muchos y son de relevante consideración!
Ahora bien, en los últimos años hemos visto cómo las legislaturas inacabadas han dificultado o, directamente, imposibilitando realizar estas transformaciones (como por ejemplo las que se apuntaban en instrumentos como el Plan Estratégico de Servicios Sociales o el Plan de Mejora del Sistema de Atención a la Infancia y Adolescencia), así como hacer efectivas iniciativas claves para el sector y para acompañar a las personas en situación de vulnerabilidad como la proposición de Ley del Tercer Sector, la destinada a hacer frente y erradicar las situaciones de sinhogarismo, la proposición de Ley de la gente mayor, la estrategia para erradicar la pobreza en la infancia o el pacto de salud mental, entre otras muchas cuestiones (¡el sector las ha enumerado sobradamente!).
Aparte, la falta de nuevos presupuestos y el repentino final de la legislatura tiene una consecuencia directa para las entidades y trabajadoras del tercer sector. Perdemos la posibilidad de finalizar la revisión de la Cartera de Servicios Sociales, del escandallo de costes asociado y de avanzar hacia la equiparación salarial de las trabajadoras del sector con las de la función pública.
También, desde Suara Cooperativa vemos con preocupación que subvenciones como las de los proyectos Singulares, orientadas a financiar proyectos de cooperativas y la economía social, queden paradas e incluso dependiente de la composición del nuevo gobierno, no se reanuden. El cooperativismo y la economía social están orientadas a la transformación social para garantizar una sociedad más equitativa, igualitaria y más sostenible que garantice la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por tanto, a través de esta subvención, no sólo se han impulsado proyectos cooperativos, sino que éstos han tenido un poder transformador para el conjunto de la ciudadanía.
En este sentido, ahora estamos pendientes de la configuración de un nuevo gobierno que determine si quiere seguir trabajando en estos proyectos o los deja aparcados en un cajón. Y que se comprometa (o no) a realizar estas transformaciones que son necesarias para poner el Sistema de los Cuidados o de los Derechos Sociales como tercer pilar del Estado del Bienestar.
En este contexto, desde Suara Cooperativa, que llevamos más de 40 trabajando en el acompañamiento de personas en situación de vulnerabilidad o en riesgo de exclusión social, vemos con preocupación cómo la inestabilidad política y la lógica de partidos acaba perjudicando el despliegue de estas medidas tan esenciales para mejorar la vida de muchas personas.
Para poder hacer transformaciones de fondo que sitúen a los derechos sociales como este tercer pilar del estado del bienestar hace falta tiempo y recursos. Y hace falta también pactos que trasciendan la lógica partidista y pongan a las personas en el centro; pongan la ciudadanía y la garantía de sus derechos sociales y fundamentales en el centro. Por eso, ahora, con la campaña política en marcha, reclamamos a los partidos políticos que se comprometan a que, en la futura legislatura, trabajarán para sellar pactos de consenso y transversales de larga mirada. Como ya hemos dicho, los derechos sociales y el de los cuidados requieren amplios consensos para poder articular medidas a largo plazo. La eficiencia y capacidad de actuación en estos ámbitos afectan a grupos de personas en situación de riesgo ya la ciudadanía en general: el progreso del país no puede dejar a nadie atrás.
También la lucha por revertir o erradicar situaciones de vulnerabilidad exigen de larga mirada, compromisos estables en el tiempo y la estrecha colaboración entre todos los agentes. Ninguna de las partes implicadas en luchas tan importantes como la de la pobreza infantil, la vulnerabilidad energética o la erradicación del sinhogarismo deberían encontrar arrecifes insalvables para alcanzar grandes pactos de país, que sientan las bases de un sistema estable de protección social y para que las entidades y trabajadoras de la acción social tengan un marco jurídico que operar y unas condiciones laborales dignas. La voluntad y el compromiso por parte del sector está ahí sin lugar a dudas; Porque un marco estable nos permite definir estrategias de largo plazo. Necesitamos optimizar recursos, mejorar procesos, aplicar innovación para ofrecer el mejor servicio posible a las personas en riesgo de exclusión social; pero, por eso, también es necesaria estabilidad política, seguridad y compromisos.
Elisenda Xifre
Consejo de dirección de Suara Cooperativa, directora general estratégica Fundación Intermedia y Presidenta de Fedaia