El inicio del siglo XXI, sin duda alguna, está marcado por la aparición de Internet y las nuevas tecnologías. Éstas han sido un revulsivo que ha acelerado la transformación del mundo actual, lo que ha propiciado la aparición de nuevos retos sociales; pero también herramientas para hacerles frente.

Por este motivo, Suara Cooperativa ha creado el Social Digital Lab, un laboratorio de innovación social, co-creación e intercooperación, en el que la organización, junto a otras entidades tanto públicas como privadas, universidades, centros tecnológicos, administraciones y la ciudadanía explora diferentes soluciones tecnológicas para responder a las necesidades de personas diversas.

"Debemos poder trabajar de forma conjunta con las administraciones, de forma colaborativa con las universidades que nos aportan conocimiento, y con las start-ups y las empresas tecnológicas, que nos ayudan a crear y diseñar las propuestas tecnológicas", explica Jordi Picas, director del área de comunicación de Suara Cooperativa.

Ahora bien, estos procesos de co-creación van más allá del sector público o privado y, también, involucran a la ciudadanía. Una filosofía que comparte Guillem Alenya, director e investigador en el Instituto de Robótica e Informática Industrial de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). "La innovación y la tecnología deben estar al servicio de las personas y para que, esto sea posible, tanto las personas usuarias como las cuidadoras deben tener un papel relevante para decidir cómo se hace esta tecnología", precisa Alenya.

Uno de los principales ejes de acción de Suara Cooperativa es el acompañamiento de personas que llegan a la última fase de la vida y, por tanto, han perdido parte de sus habilidades cognitivas o físicas a raíz del envejecimiento o una enfermedad. En este contexto, es con el que colabora con la UPC en un proyecto que tiene como objetivo habilitar sensores en los hogares para alertar a las cuidadoras, sean profesionales o no, si la persona que vive ha sufrido una caída, corre un riesgo o ha cambiado sus patrones de conducta, lo que podría indicar que existe un deterioro cognitivo o físico.

Ahora bien, este no es el único reto que comporta el envejecimiento. Tal y como ha detectado Suara Cooperativa, otro de los desafíos es combatir la soledad no deseada. Con este objetivo de fondo, la organización ha creado el Casal Online que, a través de un aparato que se instala en televisión, conecta a personas que no se pueden mover de casa para que interactúen entre ellas o participen en talleres o clases de gimnasia.

Para Ana Simón, manager de Disrupción y Conexión Internacional de ACCIÓ, es una herramienta de fácil usabilidad. "Es un caso muy interesante de cómo utilizar la tecnología al servicio de los cuidados sociales", resalta.

También con esta finalidad, así como con la de mejorar el acompañamiento de las personas que requieren atención domiciliaria, desde Social Digital Lab se ha trabajado con la empresa Yasyt Robotics. “La tecnología ha llegado para transformar la atención sanitaria y social y ayudarnos a las familias y personas cuidadoras, tanto profesionales como no profesionales, a cuidar de la gente”, especifica la directora ejecutiva y fundadora de la forma de robótica, Núria Infiesta.

Herramientas como estas, explica Barbara Outeiro, responsable de innovación de Suara Cooperativa, persiguen garantizar que las personas tengan un envejecimiento digno en su propio hogar. "Estas nuevas tecnologías han venido para quedarse y pienso que el Social Digital Lab está traccionando todos estos retos que son fundamentales para la atención social y las personas en general", concluye Outeiro.