El cooperativismo catalán celebra sus 125 años de vida con un Congreso, al que han asistido más de un millar de personas y al que se ha erigido como un modelo capaz de crear sociedades más justas, igualitarias y sostenibles.
Las cooperativas catalanas estamos de celebración: conmemoramos los 125 años de vida del cooperativismo organizado. En 1899 tuvo lugar el Primer Congreso Cooperativo Catalano-Balear en el Palau de Belles Art de Montjuïc. Para conmemorar esta efeméride, no muy lejos de este lugar, esta semana se ha llevado a cabo el primer Congreso del Cooperativismo de Cataluña desde que se restauró la democracia, organizado por la Confederación Catalana de Cooperativas en el Palau de Congressos de la Fira de Barcelona, también en Montjuïc.
"Son 125 años de vida donde nos hemos enfrentado a muchas adversidades desde guerras civiles, una dictadura o diferentes crisis económicas, pero hemos salido más reforzadas y nos hemos erigido como una alternativa real y viable al modelo tradicional", defiende Laia Bonastra, presidenta del Consejo Rector de Suara.
Por esencia, argumenta Bonastra, el cooperativismo pone la vida en el centro y, por tanto, la persona y el planeta, con un propósito claro: crear sociedades más justas, equitativas y sostenibles. Además, tiene un modelo de gobernanza horizontal, participativo y democrático, donde las personas socias son las propietarias de la cooperativa y toman las decisiones sobre la misma. Por tanto, el ADN del cooperativismo está configurado con los valores de la autogestión, la colaboración, la participación o la justicia social y ambiental. "Ante las crisis actuales somos la respuesta que la sociedad y el planeta necesita", reclama.
Con unas 1.600 personas socias y más de 5.300 trabajadoras, Suara es la mayor cooperativa de trabajadoras de Cataluña y tiene como ámbito de acción el acompañamiento de personas en todas sus franjas de edad y con realidades diversas, especialmente, aquellas en situación de vulnerabilidad. Con más de 40 años de historia, la organización sigue creciendo y en 2023 atendió a casi 50.000 personas, personas, tal y como se recoge en la memoria social de la cooperativa.
“El faro de nuestra acción son los valores cooperativos llevados al máximo, puesto que ponemos la mirada en el bien común para generar un impacto positivo en las comunidades para que sean más fuertes y resilientes”, defiende Bonastra.
La relevancia del cooperativismo para Cataluña
El acto inaugural contó con la intervención del presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, quien aseguró que la Catalunya de hoy no se entendería sin el mundo cooperativo. En ese contexto, hizo valer la capacidad de las cooperativas agrarias para organizarse con el fin de mejorar la competitividad del sector, la resiliencia de las cooperativas de trabajo o las de consumo para aprobar un producto directamente al consumidor.
En un sistema donde se impulsa la individualidad de las personas, Aragonès enfatizó que el cooperativismo potencia la colaboración y fortalece a la comunidad a la vez que enlaza a Cataluña con la concepción republicana de libertad. Por eso, valoró que este modelo es relevante para el presente y futuro del país: "Será un elemento clave para construir un país más justo, más libre, más feminista y más comprometido que ponga a las personas en el centro".
Por su parte, el presidente del Parlament, Josep Rull, destacó que los valores del cooperativismo de igualdad, justicia y colaboración son una gran aportación para la sociedad y la economía catalana a la vez que permiten anticiparse a las crisis y dar respuestas a éstas.
"El cooperativismo que se inició a finales del siglo diecinueve, ya es patrimonio inmaterial de esta nación. Gracias por su capacidad de transformación social. Gracias por construir un mundo mejor", defendió Rull, en su intervención para inaugurar el Congreso, que tuvo lugar el jueves 4 de julio.
El acto inaugural también contó con la intervención del presidente de la Confederación de Cooperativas de Catalunya, Guillem Llorens, quien aseguró que "en el mundo hay dos formas de hacer: la de la ultraderecha o la de las cooperativas". En este contexto, relató que el cooperativismo tiene un modelo de acción que, en vez de la competitividad y la individualidad, pone en el centro la vida. Por eso, es su motor de acción son las tres P: Persona, Planeta y Propósito. Con esa visión, tiene la capacidad de tejer respuestas sociales y económicas a las crisis pasadas, de presente y de futuro.
La conferencia inaugural corrió a cargo del alpinista Araceli Segarra, la primera mujer de España en coronar el Everest. Esto, expone, lo logró gracias a formar parte de un grupo de personas, con las que colaboraron, ayudarse y trabajar en equipo. Una forma de operar que está en la esencia de los valores cooperativos.
“Cuando volví, la gente me decía que era una persona normal. Me gustó porque esto significa que las persons normales podemos hacer cosas extraordinarias. Esto sois vosotros, los cooperativistas, personas normales haciendo cosas extraordinarias”, afirmó Segarra.
El partido del cooperativismo
El entrenador de fútbol Pep Guardiola, que clausuró el Congreso, recordó que el cooperativismo catalán se ha impuesto a dos guerras, una dictadura y lo sigue haciendo en un momento en el que las democracias están amenazadas en todo el mundo: “Las cosas bien hechas duran para siempre”.
El ex técnico azulgrana, que hizo un símil entre el cooperativismo y un partido de fútbol, expuso que actualmente existen diferentes amenazas emergentes por la democracia, el feminismo y el planeta. “El terreno de juego en contra de los colapsos está en tiempo de prórroga, un partido en el que juega la mejor versión de nosotros mismos y la peor. Hemos ido tan lejos, que solo podemos salir juntos” manifestó Guardiola, quien concluyó: “Nunca dejó de intentarlo, ahora no lo deje: salid, disfrute y coopere”.
Aparte de estas intervenciones, el Congreso también contó con diferentes charlas donde se pudieron conocer diferentes propuestas cooperativas catalanas como en otros lugares en los ámbitos de la agroecología, eficiencia energética, el financiero o la vivienda. También incluyó espacios de debate y reflexión sobre los principales retos actuales y de futuro, así como las respuestas que puede dar el cooperativismo a éstos para evitar el colapso económico y social.
Una de las intervenciones estuvo a cargo del periodista John Carlin, quien comparó el cooperativismo con el idealismo pragmático de Nelson Mandela y su compromiso por la justicia social y la igualdad.
"El cooperativismo distribuye la riqueza porque trabajas para ti mismo y después repartes la riqueza", señaló Lamine Sarr, de la cooperativa Top Manta. Además, hizo valer como el modelo cooperativo, y en concreto el proyecto de Top Manta, que ha ayudado a muchas personas de orígenes diversos a construir una vida en Cataluña. “El dinero generado de la cooperativa nos permite ayudar a mucha gente a cumplir sus sueños”, relató Sarr.