En este espacio viven 18 familias víctimas de la violencia machista, que al ritmo de la canción Vivir sin miedo de Vivir Quintana han reclamado este 25-N justicia para cada una de las agredidas.
La violencia machista es una lacra presente en todo el planeta. Según un informe reciente de ONU Mujeres, con datos de 2022, 48.800 mujeres y niñas fueron asesinadas por las parejas o familiares ese año; 736 millones de mujeres, una de cada tres, sufrieron agresiones sexuales por parte de las parejas; y más de 640 millones de mujeres y niñas mayores de 15 años, un 21% de población femenina mundial, fueron víctimas de la violencia machista.
En España, las agresiones hacia las mujeres van en aumento de acuerdo con los datos oficiales. En 2022, 50 mujeres fueron asesinadas por sus parejas; mientras que en el 2023, fueron 58; y de enero a octubre, 40, de las cuales 12 de ellas en Catalunya, la comunidad autónoma en la que se ha perpetrado más asesinatos, según el ministerio de Igualdad. También es alarmante el aumento de violaciones. De enero a junio, se han denunciado 2.465 violaciones, 14 al día, lo que supone un incremento del 117,6% respecto al mismo período de 2021 cuando se produjeron 955, revelan los datos del ministerio de Interior.
Desgraciadamente, una realidad que conocen de cerca las 18 familias, mujeres con sus niños, que viven en el Centro de Acogida Marialar, que este 25-N, Día Internacional Contra la Violencia hacia las Mujeres, cantan para reclamar justicia por cada una de las víctimas. La canción que interpretan es Vivir sin miedo de la cantautora mexicana Vivir Quintana. Esta pieza denuncia el elevado número de feminicidios en todo el mundo a la vez que reclama justicia para cada una de las víctimas. Asimismo, tiene un mensaje de sororidad entre las mujeres a través de consignas como “Si tocan a una, respondemos a todas” o “Nos queremos Vives”.
El vídeo, elaborado por las personas atendidas y trabajadoras de este centro que gestionado Suara Cooperativa y Cáritas Barcelona, relata también la historia de una víctima que entra sola en Marialar y está desbordada tanto por la situación vivida como por toda la burocracia. En este espacio, encuentra la solidaridad de otras mujeres que han sufrido situaciones similares a las suyas o de las personas trabajadoras a la vez que teje nuevos vínculos a raíz de vivir en comunidad. Finalmente, se va entre aplausos, pero ya no está sola porque tiene las nuevas amistades que ha encontrado en Marialar.
Empoderando a las mujeres
Como cooperativa, Suara tiene un modelo de gobernanza horizontal y democrático donde las personas trabajadoras participan de forma activa en la toma de decisiones. También tenemos en nuestro eje de acción la interecooperación y la colaboración. nuestro modelo de acompañamiento, donde las personas atendidas son las auténticas protagonistas de sus proyectos vitales, ya que son las que deciden sobre las cosas que les afectan en el su día a día y, de este modo, se las apodera. Además, en servicios residenciales como Marialar, se promueve la vida en comunidad y la colaboración entre.
Este vídeo, en formato videoclip, nace de un proceso de cocreación donde han participado las personas atendidas y trabajadoras. Primero, escogieron la canción, que una de las personas atendidas ponen música con un órgano y una trabajadora con la guitarra. El resto de mujeres y niños del centro ponen voz a la prenda. También, han pensado de forma conjunta las escenas del vídeo que ellas mismas representan. Con todo este proceso, no sólo se ha perseguido fortalecer los vínculos entre las personas que se encuentran en este espacio, sino también empoderar a las personas que se acompañan.
Este centro residencial para las víctimas de la violencia machista y sus familiares no es el único de estas características que gestiona Suara Cooperativa, que también tiene otros servicios para ofrecerles atención ambulatoria; de información y asesoramiento, así como de acompañamiento psicológico individual, grupal o ayuda mutua.
Desde Suara Cooperativa también tenemos un protocolo de cómo actuar en los casos de violencia machista, a través del cual también nos ponemos a disposición de las personas trabajadoras víctimas de esta lacra por si necesitan cualquier tipo de atención o acompañamiento.