¿Cómo encaja el crecimiento con el mantenimiento de los valores cooperativos? ¿Cómo se valida el modelo cooperativo desde la población? En Quebec lo tienen claro, como nos demostró hace unas semanas en Suara Patrick Duguay, presidente de Le Chantier del Économie Sociale y director de la Cooperativa de Desarrollo Regional de Outaouis-Laurentides.
Duguay nos tocó una música con notas de realidad, de ejemplos prácticos y de retos, partiendo de su experiencia personal. El organismo que preside concentra diferentes agentes y entidades sociales, no sólo las cooperativas: sindicatos, movimientos sociales (por ej. El movimiento de las mujeres) y las universidades, tienen representación en sus cumbres, y participa de una iniciativa cooperativista con una trayectoria de más de 40 años.
Le Chantier del Économie Sociale existía anteriormente, pero fue a raíz de las crisis económicas sufridas en Quebec que se fue consolidando. Durante la crisi de los años 60, a modo de reivindicación y como instrumento de presión hacia las administraciones públicas y, tras la crisis sufrida en 1996, se concretó en un grupo de trabajo específico para la co-creación del modelo cooperativo como modelo de economía social.
Precisamente estos contextos de tensión social, sirvieron para formalizar los antecedentes de cooperación voluntaria y aplicar ejemplos reales como las cooperativas de usuarios que actualmente tienen en atención domiciliaria, escuelas infantiles y vivienda. La aproximación en Quebec ha estado más centrada en la visión territorial que en la sectorial, dadas las necesidades existentes y divergentes entre el medio rural y el urbano, que también deriva en el desarrollo de cooperativas de usuarios en transportes y en comercio de proximidad.
Uno de los grandes impulsos para el desarrollo de esta tendencia hacia la cooperación ha sido la implicación de la población, que con tradición de cooperación voluntaria y asociacionismo, ha colaborado activamente en la validación el modelo cooperativo. Otra de las claves ha sido la teorización y demostración mediante datos y estadísticas del valor cooperativo, que residía poco reforzado, posiblemente víctima del desconocimiento.
A pesar de estos impulsos, Duguay también habla de retos: el de dibujar una legislación sobre economía social; el de desarrollar paralelamente las fuerzas sectoriales y territoriales; el de democratizar el modelo cooperativo y, sobre todo, el de la resolución de la dicotomía del crecimiento sin que éste implique la pérdida de los valores cooperativos.
Compartiendo todas estas reflexiones con Patrick Duguay pienso que a muchos nos viene a la cabeza una misma idea, desconcertante pero a la vez cierta: a menudo las dificultades se pueden convertir en oportunidades. El pacto para la cocreación puede representar un cambio de paradigma: la escucha activa hacia las preocupaciones de la administración en tiempo de crisis y la posición de aportación conjunta parece que han creado una partitura musical apta para la época actual .
Aloma Puigvert. Coordinadora Servicio de Ayuda a Domicilio Sant Cugat del Vallès