Con el título La innovación Social colaborativa ha presentado la 8ª jornada anual del Instituto de Innovación social de ESADE donde hemos participado desde el Grupo de Impulso de la Innovación de Suara.
Simon Willis, director general de The Young Foundation interpelaba a la audiencia con la pregunta de si la innovación social podrá dar respuesta a los grandes retos de la sociedad, como la desigualdad creciente, el cambio climático, la deuda que estamos acumulando, la inestabilidad económica y ponía el foco en la innovación disruptiva. Sugería así la necesidad de producir un cambio brusco que rompan con los modelos anteriores y permita que nuevas propuestas lideren la sociedad. La innovación social supone un modo nuevo de acercarse a las necesidades sociales. Ser social en los medios y con sus fines. Es imprescindible involucrar y movilizar a los beneficiarios dando acceso al poder y a los recursos. Se necesitan más personas, más entidades y empresas que innoven. El impacto social de la innovación mediante la colaboración debe permitir transformar la sociedad.
Una de las presentaciones más apasionantes de la jornada en ESADE fue la de Albert Cañigueral, fundador y editor de Consumocolaborativo.com y conector a OuiShare Barcelona. La tecnología y sobre todo gracias a internet, las redes sociales y los móviles están haciendo surgir e impulsando iniciativas con un gran impacto en el mundo con pocos recursos. Podemos encontrar en la red muchos ejemplos de organizaciones que tienen un gran impacto en nuestra sociedad y que han comenzado a relacionarse de forma diferente incorporando modelos de colaboración basados en recursos compartidos.
Esto permite una evolución de los modelos de gestión tradicionales a modelos más disruptivos que hacen avanzar tanto a las empresas como a las organizaciones con impacto social. Una de las claves para proyectos sociales es como financiar y escalar la innovación social, aspecto que la jornada aportó varias iniciativas y herramientas que han surgido estos últimos años como el crowdfunding, los bonus de impacto social y la inversión de impacto. Ejemplos como la plataforma Goteo.org que a través del crowdfunding ayuda a financiar proyectos que aportan retorno.
De la exposición de Cañigueral destacamos varias ideas a considerar:
_ "Para cambiar el mundo no es necesario crear una empresa; hay una plataforma ".
_ "Debemos pasar del producto al servicio". Y nos lo exponía con un ejemplo muy sencillo: en realidad no necesitamos un taladro, necesitamos unos agujeros en la pared.
_ "La necesidad de la red, de las relaciones, de la participación, colaboración y coordinación entre iguales (peer to peer). La tendencia cada vez más importante de la economía colaborativa ".
Durante la jornada se presentaron cinco proyectos de emprendimiento social basados en la innovación social colaborativa. Algunos de ellos nos fueron más familiares como el Proyecto VÍNCULOS del Ayuntamiento de Barcelona. "¡La Colmena que dice si!", una propuesta para transformar la relación entre productores y consumidores basada en la relación directa entre las dos partes. Y por último, destacamos la propuesta de Puddle, un modelo alternativo al sistema bancario para acceder a crédito y que nos recuerda un proyecto colaborativo interno a Suara Cooperativa que está a punto de ver la luz para las personas socias.
La jornada finalizó señalando estos aspectos:
- La economía colaborativa será verde o no será (no necesitamos más coches).
- La economía colaborativa debe incorporar a todos y solucionar los problemas reales de la sociedad.
- El reto es romper monopolios.
- Hay que trabajar las políticas públicas de forma colaborativa y seria. Se necesitan nuevas políticas públicas.
- El futuro pasa por colaborar. Los movimiento sociales son la clave del cambio.
Mónica Arribas. Grupo de Impulso de la Innovación de Suara (*)
(*) Este artículo se ha elaborado conjuntamente con las aportaciones de Mónica Arribas y Jordi Picas.